
Elige el calzado correcto
- Viaje de playa y sol: el calzado en este caso parece lógico, pero hay que llevar más de un tipo siempre. Por ejemplo, si para la playa solemos ir con chanclas de dedo, es interesante que lleves también otras chanclas convencionales. Con el roce y el sol es posible que las chanclas de dedo nos produzcan alguna irritación en la zona de contacto, con lo cual si tenemos otro tipo acabaremos con el problema entre el dedo gordo y su hermano derecho. En tu viaje playero añade también otro calzado cerrado como bambas o zapatos, pues si llueve deberás cubrirte todo el pie. Lleva también tiritas o productos que sustituyan a la piel en caso de irritación, alguna herida con las piedras/rocas de la playa, etc,.
- Viaje de montaña, rutas: nuevas necesidades de calzado si vamos a la montaña o haces turismo rural. En primer lugar, mucho cuidado con el calzado nuevo. Si pretendes hacer rutas, senderismo, trecking, etc,. es mejor que no estrenes el calzado en el viaje. En el primer día podrías acabar con toda la aventura por culpa de llagas, irritaciones, ampollas… En este tipo de viajes siempre es importante contar con tu calzado deportivo más cómodo, unas zapatillas deportivas si puede ser. Con ellas te aseguras que cualquier camino de dificultad sencilla, sobre todo en terreno plano, sea segura para tus pies. Si vas a ir por superfícies más complicadas, desniveles, agua… lleva calzado específico para esa práctica pero estrenado. Y si haces rutas lleva también tiritas, crema hidratante -si puede ser para pies cansados- y recambios de calcetines. Si cada 3 horas te quitas el calzado, te pones crema y cambias los calcetines, notarás un alivio importante. Asegúrate de que los materiales impiden que el agua traspase a tu pie si es posible que haya lluvia o terreno mojado, pues es otro riesgo que puede producir más de una gripe o constipado que también te fastidie el viaje.
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